"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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27-02-2019 |
Entrevista
"La izquierda es lenta, Salvini corre, Italia acabará como Brasil"
Domenico De Masi
El sociólogo Domenico De Masi ha analizado el Movimiento 5 Estrellas, ha llevado a cabo estudios para el mismo, y ha elogiado su potencial. Posteriormente, fue el primero en avisarles de que, si entraban en el gobierno, se los comerían vivos. De Masi acaba de publicar Il mondo è ancora giovane (“The world is still young,” ed. Rizzoli), un libro que rebosa esperanza. Esa esperanza, no obstante, lleva una advertencia final, y es válida con una condición: “que no vayamos de cabeza al fascismo”. Le entrevista Daniela Preziosi para el diario italiano il manifesto .
Profesor, ¿se ha comido viva la Lega al 5 Estrellas, se han rendido a Salvini también en el asunto Diciotti?
Hay choques todos los días, pero por ahora no puede cuantificarse su resultado. En un principio, Salvini tenía un 17 % y Di Maio, un 33 %. Hoy las cifras se han invertido. Nunca en Italia —acaso nunca en todo el mundo — ha doblado un partido sus apoyos estando en el gobierno, y en sólo ocho meses. La tendencia continuará. Salvini es el león que ha atrapado a la gacela, la tiene presa y se la va comiendo a trocitos.
¿Y qué hará después de su “banquete”?
Salvini hace exhibición de sus planes. Anda por ahí con uniforme militar. Cita abiertamente el lenguaje fascista: “Muchos enemigos, mucho honor”. Umberto Eco elaboró una lista de 14 elementos gracias a los cuales podemos reconocer la propensión propia al autoritarismo, a lo que es el “Ur-Fascismo”, el eterno fascismo. Salvini los tiene todos. Los elementos que Adorno identifica como parte de la personalidad autoritaria. Y los que Talcott Parsons delineó también. Por ahora, en dosis pediátricas. Pero el decreto de seguridad que prohíbe las reuniones públicas y castiga a los mendigos…otros regímenes fascistas hicieron exactamente esto después de tomar el poder. Aquí, antes. .
¿Estás más cerca Salvini de la toma del poder?
Si consigue un estupendo resultado en las elecciones europeas —como la victoria que se le subió a la cabeza a Renzi hace unos años — obligará al presidente a que escoja: o le nombra primer ministro o habrá elecciones anticipadas. No continuaría “simplemente” de viceprimer ministro. En ese punto, ya no haría el trabajo sucio él mismo. No es casualidad que corteje a grupos como CasaPound [centro social y cultural del neofascismo en Roma bautizado con el nombre del poeta norteamericano admirador de Mussolini].
Este “trabajo sucio” ¿significa construir el consenso sobre la piel de los migrantes, como está haciendo ahora?
Estos episodios son efecto de algo distinto. La causa está en el fenómeno de que, en Italia, el 35% de los votantes está de acuerdo con él. Salvini está recurriendo a métodos toscos para lograr este apoyo: mantiene a inmigrantes en un barco helado, se lleva a los niños de los colegios. Estas son cosas que no pueden dejar de recordarnos lo que los fascistas les hacían a los judíos. Lo que hace Salvini es hablar un lenguaje concreto. Lo mismo pasa con el lenguaje “vestimentario”, el uso de uniformes militares. Significa: si tuviera poder, lo utilizaría de forma militar. Pero esa “forma militar” es la “democracia” de los cuarteles: en la sociedad civil, eso quiere decir fascismo. También se propone comunicar a los que están en las fuerzas armadas: preparaos para apoyarme, soy la persona indicada.
Y el 65 % restante, ¿qué está haciendo?
Ese es el punto crucial. El fascismo es la mezcla que nos hace cómplices de aquellos que permiten la toma del poder. Lo he visto en Brasil, que frecuenta desde hace treinta años. Bolsonaro no lo escondió en absoluto: dijo en televisión que estaba en contra de la igualdad y a favor de la tortura, pidió a los estudiantes que grabaran a los profesores que hablaban de política e informaran de ello. La izquierda razonable y culta, por no votar al PT, votó en blanco. Millones de votos perdidos. Hoy Brasil tiene siete ministros militares.
¿Existe riesgo de un escenario así en Italia?
¿De dónde sacamos la idea de que tenemos anticuerpos? Nos han acunado con la noción de que hay dos cosas que no podrían pasar nunca: el retorno del fascismo y el retorno de la guerra. Pero la historia muestra que se trata en ambos casos de fenómenos recurrentes. Camus escribió que los gérmenes de la peste no perecen...siguen escondidos en los ataúdes.
Muchos cuestionan, aquí y ahora, el uso de la palabra “fascismo”.
A diferencia de otros autoritarismos, el fascismo se ha convertido también en un adjetivo, y se ha utilizado para la España de Franco, para la dictadura de Argentina, o para la Grecia de los coroneles. Uso este término para dar nombre a un régimen en el que no se respeta la Constitución, en el que la voluntad del líder prevalece por encima de todo lo demás, en el que se castiga a los que disienten, donde hay un culto de la tradición y de la patria, hay un rechazo de la crítica, miedo a la diversidad, desprecio a las minorías y machismo. Cada día estamos más acostumbrados.
¿Y qué hay del 5 Estrellas?
Han sido un bastión.
El M5E…¿un bastión?
Tenue, pero, con todo, un bastión. Son los únicos con los que Salvini tiene todavía que negociar. Hoy en día todos los que están a la derecha se van a pasar a Salvini, y los de la izquierda seguirán dispersos alejados de las urnas. El Partido Democrático es demasiado lento a la hora de cambiar, y quizás carezca de la substancia cultural para ser capaz de hacerlo. Es un partido que parece de izquierdas, pero que a todos los efectos prácticos es neoliberal, y no atrae a quienes están abandonando el 5 Estrellas.
¿Está diciendo que el Partido Demócrata no es en absoluto socialista, sino neoliberal?
Renzi marginó a los sindicatos, recortó los impuestos, mimó al capital extranjero, abolió el Artículo 18 [del Estatuto de los Trabajadores, facilitando el despido]. Un orden del día neoliberal.
¿De modo que existe una base social, un pueblo de izquierdas, pero no hay izquierda política, no hay partido, no hay punto de referencia?
En la calle, contra la alcaldesa Raggi en Roma, había gente para la que una manifestación política no es más que una agitación superficial, sin consciencia alguna del contexto. ¿No se da cuenta la gente de que, si cae Raggi, [Georgia] Meloni será su sucesora? ¿O la Lega? No hay alternativa en Italia. Renzi ha intentado un plan mortífero para el Partido Democrático: alejar a la izquierda y atraerse a los berlusconianos. Ha tenido éxito sólo en lo primero. Hoy resulta difícil reunir a los progresistas de clase alta y de clase baja. Y decir que existe un enemigo común. Algo se mueve, pero demasiado lento comparado con la velocidad con la que va Salvini hacia el poder.
¿Prevé usted una derecha en el poder durante largo tiempo?
A la izquierda le hará falta mucho tiempo. Las esquirlas de la izquierda andan esparcidas por doquier, gente explotada con las que la izquierda no ha hecho pedagogía. Y así los explotados se alinean con los explotadores. Marx lo llama “alienación”. Hay una parte de la izquierda que es lo bastante intelectual como para ser escéptica, pero no lo bastante como para ser culta. Y será ella la que nos regalará el fascismo echando a perder su voto.
Domenico De Masi célebre sociólogo italiano creador del concepto de “ocio creativo”, fue profesor en la Universidad de Nápoles y luego, de Sociología del Trabajo, en la Sapienza de Roma. Entre 1978 y 2000 dirigió S3.Studium, escuela fundada por él para la especialización en ciencias de la organización. Ha mantenido una prolongada relación con Brasil, donde fue nombrado en 2010 ciudadano honorario de Rio de Janeiro.
Traducción: Lucas Antón
Fuente: il manifesto, 30 de enero de 2019
http://www.sinpermiso.info/textos/la-izquierda-es-lenta-salvini-corre-italia-acabara-como-brasil-entrevista
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